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EN LAS LETRAS... poesía existencialista

EN LAS LETRAS Mi mente pacata se enmanta de dudas, lana sin hilar en la voz de oveja que se enreda, ovilladas onomatopeyas que difusas cardan medrosas   imágenes, tricotan antifaz delante de la luz, no sea que escupa verdad con pus en sus retahílas.   En las letras   calzo a   mi tibieza ensartadas y complicadas de sonámbulos sueños esquizofrénicos... A mis días los amanezco arrodillados a ellas, como molinos de viento, en las barbas del caballero excéntrico lanza andante, escudo y espuela que no paran...   Ellas me contornean los perímetros de las aspas, que dan aire a mis pulmones me asocian y disocian noctambulas de las estrellas, ¡Mientras!   Yo, hago altares en sus anchas Castillas, vuelvo sobre mis pasos en pos de ellas, y las buscos sintiéndome esa, bajita del sur, la feligresa sin calzas del ilustre Rocinante,

NUEVE DE NOVIEMBRE... poesía existencialista

NUEVE DE NOVIEMBRE Sin recibir un ramito de violetas,   ni una "prímulas" de África...   Ni tan siquiera una carta   de "alguien con mal genio"   con letras de canción...   Tan solo su voz vuelve monocorde   y melancólica a,   a recordar en mi sien que cada   nueve de noviembre hubo   fuego de granadas para un puente   entre hermanos llamado,   Estari Most,   y en su caída hubo sangre   y frío...   Y que hace viento, lluvia, vacío,   hoy, cada vez que mis ojos   ven este nueve de noviembre   entre el dolor de amigos   sí, en aquel lugar donde se pierden   los últimos de Filipinas y...   Y, mi alma sigue triste, sin saber   por qué,   por qué, mi razón no sabe,   y no sabe   el por qué, llaman Haiyan en mi país   al huracán,   y en Filipinas es ella, Yolanda, no sé... Este nueve de noviembre hubiese   preferido que solo fuese "una canción"   para Yolanda, en boca de

SIN DECIRTE NADA... poesía de las mil y una noches

SIN DECIRTE Te diré más y hablaré...   en aquellos lugares   voz que ronronea,   dócil, se hace en los ecos...   te diré más sin decir-te.     Ronda voz, ronda...  en la voz que oye y siente al murmullo   de esa sus piel, en esta piel que, duerme   inscrita en mis labios   ateridos, de ellos y en la  avidez que enferma, sanados en la sed de su boca en los labios que te nombra... y sin decir, s in decirte nada, dice una y otra vez...   Cuanto minutos, segundo,   días, horas,   años, meses,   milenios y lustros   sin decirte, llevo diciendo-te... Nada dirá mi boca,   nada que no sea enriquecido   con los silencios...   en ese lugar recóndito   de los ahí-es... Caladeros de mares de los afueras y los adentros. Sin decirte, te diré más,   y hablaré mensajes   de silencios.     8.11.2013     Carmen Hernández Rey © autora extremeña   Todos los derechos de autora   foto subida del muro C

EDDAS... poesia libertaria

EDDAS Para las Freyjas gatas-Poesia libertaria   Hojas que guardan escritos cosidos, con la piel de labios censurados de mis ancestras hermana, baja costuras al bies hilada con acero y sangra, de los tapices ocultos de las altas estancias, Sin epílogos sin desenlaces sin vuelta atrás quedan inscrito en la piel de aquellos dueños de los hades...   Legajos alhajados con nombres propios, escamoteados las diosas madres, ni diosas ni matriarcas, ni sapiencia fémina sordina callada y omitida de aquellas Freyjas. Eddas: Coranes y Biblia... El Ginza Rba y Libros de muertos, El Sutra del Diamante y La Holy Piby Libros Sagrados de Thelema... ¡Ah! Palabras sátanicas siempre en un arból de manzanas en nuestras bocas muertas,   ¡Pobres Freyjas...!   Pobres poseedoras de los desfallecidos en combates de honor y tierra, recogedoras muerte nunca tendremos caballos alados o de och

BESOS... BESOS... poesia de las mil una noches

"...Nunca tendré de nuevo lo que la muerte me ofreció, lo que tan fácilmente abandoné; y que más tarde tanto desearía hasta sufrir. Los poéticos ojos, el pálido rostro, nunca hallaré de nuevo aquellos labios..." Kavafis. BESOS... BESOS... Morir no quiero, en al atardecer y no rezar a tus labios, sin postrar a mi boca de frente en ese amanecer regalado de tu boca. A mis días, no... no les quiero acabados, sin romper lanzas contra el tedio, contra el aburrimiento, contra la costumbre de: saberte, y por eso... tenerte, y por lo tanto... poseerte, y así... asumirte,   pero... ocuparte, y...¿Por qué no...? y, dejar que el descuido crezca, así merecido desleal... ¡Tedioso y doloso! Sin más... No, no quiero que tus besos se pierdan en tierra ajena, y los pasos de nadie, ¡Ay! Amor hay... y amo a tu boca  desde aquella sal primera  de mis ojos... ¡Cómo no amor! Deseándote sigo... y besar a tus labios

RENDIJA... poesía intimista

RENDIJA   Que al fin va cerrando sus rayos,   sin gloria, se cuela delante   un bostezo medio prestado...   Miro la luz que se cuela,   y, que a veces pretende devorarme   en una brisa templada   cual daga de acero,   pregunto y repregunto   a este corazón cosido   y grapado...   ¿A caso un desfiladero   con dientes de acero, puede ser   un verde y llano prado?   Me miras y olvido mirar hacía   otro lado, ¿Por qué he de mirar   para otro lado?   Si frente a mi frente el presente   me abrazo dándome la vida   como todo legado.   ¡OH! Años que se fueron sin serlo,   ¡Oh! Años que llegan siendo   y queriendo ser todo bálsamo   que no lastima,   olor de tierra de buen pasado,   brisas de olas en arenas,   ellas llenas de mis pies y manos...   Rendija que a numen huele,   rayos de poetas incendiarios   delirio rojo fluyendo   en el puño y temporal,   pecho izquierdo   que mi sed quitaron...

UNO, DOS, TRES... Requiem por mi padre

UNA DOS Y TRES...     Siguen siendo mis ojos   aguaceros,   nubes que no pasan de río,   mar que no repele a   la manga fluyente de la nieve...     Una, dos y tres...   mirada que se revuelve   dando bofetada al hastío,   por no volver sentirte,   a tener tu cálida mirada   en mis pupilas,   fijo tus ojos,   esa, tu figura cansada,   oliendo a espliego,   a tierra roja recién bañada.   Una, dos y tres...   Corto los hilos del firmamento   de las viejas plegarias,   insulsas letanías,   injustificadoras, una dos,   tres, todas de la nada.     firmamento que nunca sabrá   de ti,   sentirá latir tu corazón   tal yo lo oí, sentí.   Te recuerdo   y recuerdo el sabor de tus labios   en mi cara...   Una, dos y tres...   aborrezco al tiempo maldito   que no vuelve al minuto   cero, donde te dejé,   tus manos dando vueltas   al café de un insalubre hospital   ¿mé-di-cos? que ninguno