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Mostrando las entradas etiquetadas como MI MADRE

PARA TI... MADRE

PARA TI…MADRE Naces sin que nadie ... te diga el motivo, por el cual estás en este mundo. Nadie explica que es la vida, que ella, es algo más que nacer, crecer, reproducirte y morir… Nadie sabe aquel fin primero y último del cual partimos; o nos argumentan razonadamente, el por qué dejamos aquel lecho, donde no se pasa frío ni calor, hambre o sed, ni estrecheces… Ninguna persona supo, los motivos por, los cuales un día nos paren sin más, sin preguntarnos. Y es que todo y: nada sabemos, nada podemos nada perdemos nada obtenemos al Intentar saber de aquel tiempo uterino, y galáctico ¡Universal! Hoy sé que tan solo hay algo superior a todo aquel tiempo, y que son los abrazos y arrumacos, de una madre cuando te coge en sus brazos, te mira embelesada, se entrega a ti con sus pechos de abundancia… Es hoy cuando he comprendido por qué vine al mundo, por qué los hijos deseados las hijas deseadas, o querer sentirse madres es, de las cosas más mara

ES HORA…

ES HORA…   Ahora que   tus manos, son como alas de mariposas.   Ahora ya, madre que las nubes grises anidan en tus ojos Ahora madre que voy cogiendo tu estela... ahora madre te amo, -si cabe más- que, aquel día que partí de tu vientre" poética extremeña -chrey-   Es hora de cantar a las aureolas de tus pechos, a soñar con sus Vía Lácteas a cantar bajo el agua de tus ríos que dulcemente en su lecho me sostuvieron madre. Es hora de tocar el surco de tus manos, las manchas -sin pecado- de la edad y no de la culpa gabela por dar vida. Es hora madre, de trenzar tu pelo vestido de lunas, de tocar en tu vientre las estrías de mi vida madre. Es hora madre querida, de amarte más si cabe en esta alma que te adora -por todo- cuanto vales, eres, nos das… Nos enseñas madre. Ahora madre que eres frágil y rompible ahora que eres toda verdad asumida… Te amo con todos los dolores de parto, con todas las aleg

MI NIÑA MADRE DEL ALMA

MI NIÑA MADRE DEL ALMA Fue madre sin edad, ella, la niña,   la que buscaba río saltando sus orillas columpiarse de la rama y coger a la lechuza engañando a la luna, al olor de cantos de nanas silbando del arcoíris hilos de plata. Y se hicieron sus pechos   fuentes, amamantaron desde los pozos   del hambre con café de achicoria y pan en migas en la sartén... la niña pequeña, figura frágil y tierna necesitada de amor y ternura. Fue madre en tiempo de posguerra, en tiempos   de hambre, ella fue alacena... Mi madre niña, mi madre chica de ojos taciturnos, y manos de madre   huérfanas y   desamparadas, ¡Ay! Corazón mal herido negro presagios en tus días de cenizas en cabeza,   rasgadas azules, verdes en vestidos sin telas. Fuiste madre, una madre niña que perdió niñez y adolescencia, arañada y rota juventud, erosionada inocencia, tu olvidaste la mano al despertar, ella que era toda