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Mostrando las entradas etiquetadas como Adele...recordatorio

YO MISMA...

"cuesta aprendernos... sabernos... padecernos... nos cuesta no olvidar... tanto como recordar que olvidamos" poética extremeña. c.h.r   YO MISMA   -Adele...recordatorio-   En este antes, y este ahora   en un traspiés   o una caída.   Siempre seré yo misma,   de bruces en la vida,   boca abajo en mi infierno   o dando saltos de alegría.   -yo misma-   Sin hacer adrede nada,   porque es innato,   consustancial a mí...   Yo misma sentada,   de pie,   de cuclillas   comiendo percebes   o con el lodo hasta el tobillo   y la cloaca en la sien   ¡Yo misma!   desdiciéndome cien veces,   mil veces,   un millón de veces...   ¡Que asco!   A veces me doy...   y otras cuantas veces   me bendigo por no ser   un poste de árbol   cortado.   Yo-misma-Yo.   16.10.2015 Carmen Hernández Rey   autora extremeña   Foto personal

LOCA...

LOCA "Adele...recordatorio- Por ti. Loca sin remedio, ahuyentando horas y recuerdos -los que se dejan- Y, a los que puedo. Loca por ti, amor voy cerrando huecos, incinerándome como holocausto porque… abraso con candela de hiel y miedo a tus besos, aquellos no dados, los retenidos y los lanzados en estrellas, amor loca… intentando no seguir atándolos. Loca por ti… sin olvido -tu pelo- almohada de rubor llama y fuego tu piel, mi piel tus manos mis manos tus dedos mis dedos… Loca por ti… ¡Dime! el manicomio para olvidar a este amor olvidar… olvidar… olvidar insensatamente de mí arrancar -no puedo- 16.10.2015 Carmen Hernández Rey ©® autora extremeña todos los derechos de autora foto de Ana Ceballos

AHORA Y ENTONCES... "now and then"

AHORA Y ENTONCES -Adele...recordatorio- Tengo y necesito, invoco a la niña cómplice, la misma que se desvestía para ponerse mi ropa mientras yo la suya… Imagina por un segundo que ella, ella Carmen y yo Dolores, ese era el trato tácito que nunca se cumplió porque, ella era blanca como el nácar con trenzas rubias. Mientras que mi piel era mestiza de india azteca, con orondas trenzas negras en formas de cocas en mi cabeza. Corríamos como liebres en el campo, como perdices en el trigal maduro éramos alces saltando las aceras, jugando al chinche, la comba, aquel elástico negro que se enredaba entre nuestras faldas y dejaban al descubierto, las bragas que aquel niño sentado esperando quieto esperaba ver -sabía que ocurriría… lo deseaba- Ahora y entonces, nada cuesta retroceder, y quizás lo hago más de la cuenta para llenarme de nostalgia por tan largo como mis ojos lo ven, Dolores fue la segu