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Mostrando entradas de abril 10, 2014

MEMORIAS DE MI ÚTERO ¡¡PÁJAROS EN LA CABEZA!

IV. Cap ¡¡¡PAJAROS EN LA CABEZA!!!  El rumor en mi sien, seguía cada vez más fuerte, al compas de la tormenta y crecía como aquellos relámpago abriéndome en canal, en aquel fuego cruzado de luz y oscuridad, temblores de pánico, y de querer salir corriendo, de salir y no querer ver esa realidad... De estar dentro de aquel torpe espacio, por "mi causa, mala cabeza" el feo y tenebroso pequeño agujero... camino de un calvario que empieza y lleva a cruzar todas sus estaciones. Etapas de este campo santo sin paños de consuelos... ¡No! en esta noche de silencio, no hubo ni tan siquiera un tierno olivo donde recostar mi cabeza, ni roja tierra de , ella  fue dada en fuga, y mi noche se quedó Verónica. Tampoco obtuvo la piedad de Cirene, ni de las manos de ese buen hombre, nadie salió a mi encuentro... ¡Pobre y torpe mujer en aquella soledad sin Verónica y Simón...! Hambrientos llantos de manos y consuelos, por sus pájaros en la cabeza...le repitieron, se repetia ella sola..

MEMORIAS DE MI ÚTERO

V Cap. LA MALETA Vacíe a mi sien... La deje respirar y por unos segundo, desapareció todo... Incluso el afuera y el adentro, el vacío y la nada... Aquellas guerra, y sus metrallas en preguntas, todo quedó bajo una sopor y la niebla, aquella arena de mis ojos dejo paso dejaron paso a un coma ficticio e irracional, exhausta no supe que pasó más... Cuando abrí los ojos, estaba dentro de una maleta, mi brazo era mi pierna, mi pierna mi cabeza, y esta iba por libre, separada rodaba volteada por la maleta como una pelota por raqueta en mesa. Había una oscuridad sepulcral, mis ojos viajan por cada rincón buscando una resquicio que pusiera un poco de luz y respuesta a ese habitáculo ¿Por en el cual  Sentía correr un fluido rojo y mis manos intentaban recoger aquel líquido espeso y cálido... ¿ Por qué intuía que era vital para mi existencia? ¿Que aquel olor era familiar? Mis dedos... ¿Dónde estaban mis dedos? ¡Ay!

MEMORIAS DE MI ÚTERO "FUEGOS DE ARTILLERIAS"

III. Cap FUEGOS DE ARTILLERÍAS La nada... Fue dejando sus turbiedades... Eran algo más que motas de sal,  gotas de agua... Eran sosa cáustica desechas por aquel fuego de dentro afuera,  transparente líquido que se iba deshaciendo y cortando... multiplicándose a la paz de mis dudas.  Dardos certeros en mi lagrimales, sátiras demoledoras interpelaciones en ráfagas de "baja-uterina y alta-cabeza" en pura y dura artillería... A discreción fue llegado el fuego, legión era su nombre... en tan pequeño campo ¿Quién huía, por donde indemne mi razón uterina saldría?  Intención hubo, escapatoria ¡Ninguna! De blanco puse a mi memoria, virgen hasta ese día, que no quiso nunca romper el himen que la hiciese más que ofrenda guerrera en horas más propicias... Mujer con fusil, mujer amazona sin pecho y con el fuego en sus venas... Quien puso alambres de espinos, quien no buscó la fiel trinchera, el bunker perfecto, para aquel mi cuerpo a sola y en tierra. Tapé mis

MEMORIAS DE MI ÚTERO... ¿QUÉ OLVIDE?

VI Cap. ¿QUÉ OLVIDE? Recomponer-me... -Pienso- ¿Pienso, qué,  hay algo que nunca podrá recomponer...? Y mis ojos tampoco tendrán la fuerza de recomponer aquello que no sabe ver, si no aprende ver. Ese algo, esencial-motor, indudablemente, sigue en aquella maleta dando vueltas, de un rincón a otro sin fuerzas para salir, de esa red atrapa arrugas. A pesar de saber el lugar exacto, su posición le perdí y mis ojos nunca pudieron salir de aquel seudónimo de ese nombre, de aquella aquella Penélope que se dejó en un asiento cualquiera de una estación donde los ventrículos se oxidaban, esposando a su voz, silenciando a su canto en ese recodo de un reloj sin agujas cantando una triste letanía en ese cuarto de hora con sabor a pasado.  Sí ahí quedaron en un remolino todos los sentimientos, el ateísmo de una mujer creyente, de un rezo de alborada y vespertino, en salmos de alabanzas y gracias, dentro de unas tinieblas y dentro de la nada... ¡Despoj