LOS ORGASMOS

Vienen, aunque la compañía
sea muda, sorda
y ciega,
se obstinan en ser
versos libres
bailando los pasos
de los cien velos
¡velados y versados!
a tono con ellos
mismos.
Son orgasmos muy
indisciplinados de
ángulo
a ángulo,
recto desde la mente
en la irrazonable
insurgencia
donde meditan como la
bitácora
mas ilustrada en
imágenes,
y ponen rumbo a los
romances
de idílico paisajes
afines
y afinados entre la
piel
de las manos.
Los orgasmos sabemos
que se allegan para
desajustarnos en los
ajustes y para equilibrarnos
en la tierra
donde el fuego
también
es la profecía del
mejor destino.
Cuentan por obligado
cuentan que los
orgasmos
vienen solos
-yo digo-
acompañados.
13.7.2016
Carmen Hernández Rey
©® autora extremeña
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