Enciendes la luz,
entras en la blanca
luna
de mi placidez
accionas sin
distancias
los resortes de mi
piel,
la erizas e
incontables
latidos turbando
a cada uno de mis
sentidos.
A ras besas mi tierra
galopas en mis lomas
y entras en mis
hendiduras
buceando en mis
corrientes
usas la patente del
atrevido
corso en los lugares
más festivos.
A fondo y en los límites
donde los aromas
huelen
a vida
te ciñes en mi flor
mujer,
vientre con vientre
esencia de la quinta
donde nada más es
comparable
a tus elementos:
toda piel,
toda fuego,
toda agua,
toda tú; sutil
esencia
en mí
pura sinfonía y alquimia.
A espaldas del mundo
habitándonos
de amor de a dos.
12.07.2020
Carmen Hernández Rey
©®autora extremeña
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