A DIEZ METROS

A DIEZ METROS

Me sitúo.

Vuelo para verte
en un plano diferente, subo...
-voy subiendo-
Metro a metro,
y veo, tu figura un poco más pequeña,
más distante,
menos accesible en la miopía
de mis ojos.
A diez metros mis lunas no percibe
el color negro de tus ojos,
ni el blanco maculo que ahonda
a tus niñas como pozo
-las resaltan-
en las que me miro, y como agujeros
negros del infinito me atraen.
-Te miro-
Miro tus hombros extensos
y maleables, para soportar-me,
miro tus espaciosos brazos
que me albergan
sin dudas,
ellos remozándose segundo
a segundo en ternura
arropan mi locura.
A diez metros vuelo sin darme
cuenta, que es un vuelo
-sin alas-
de caída libre, y que nunca será
la deseada, que caeré
en el lugar
inexacto fuera de tu albergue.
A diez metros de mí
-despierto-
Abrazada a ti...
Solo fue un mal sueño,
y sigo...
-diez metros cosida-
Adentro de tu bondad eterna,
la que me salva de mí misma,
la que nadie sabe como
brota,
que nadie la extingue.
Y siento que diez metros del universo
es poco para hospedarte
en un segundo
de mi tiempo,
en toda mi vida.
18.7.2014
Carmen Hernández Rey
©®autora extremeña