“MALDITO CAFÉ”

a frente a ti, pero
sin ti…
junto a mi café
pero sin tu café
sujetando mi taza
pero sin tus manos,
mientras... tú,
corrías calle abajo
y yo recogía ausencia
en cada sorbo,
y el café me hacia
guiños,
yo le respondía
reteniéndole en mi
garganta.
¡Maldito grano! que
despertaste
a su sueño de mi
lecho,
a tu cabeza de mi
almohada
esos tus ojos de los
míos,
a tus sueños unidos
a los míos
¡Maldito café!
Desamparado dejó a mi
hombro
de tu dulce
costado...
dejó a tu tiempo
desligados
de los míos,
y mi memoria quedó
presa de la liturgia
del amor y vivido.
huérfana de tus
aromas,
miré el resto de su
café,
¡Cerré los ojos!
Los cerré para
recordar el ritual
precipitado de tus
sorbos
casi escaldados entre
risas
mientras besabas
y guardabas mis manos
entre las tuyas....
Regresé una vez más,
a la imagen asida, de
la blanca
porcelana
la roce para para
percibir
aquel calor de tus
manos,
y dije ¡Ah! qué poco
duró el calor
de tus manos sobre la
fría
porcelana.
de soledad, tomo un
sorbo…
¡UF! Se quedó también
helado el maldito
café …
tan frio como:
mi sala sin toda tus
estancias
mi silla sin toda tu
presencia
mi casa sin todo tu
cobijo
mi cama sin el amor
loco e infinito
¡Mi alma sin tu
esencia!.
estaba tocado por esa
fibra
de vacío cuando
marchas
de improviso.
Semidesnuda miré
al bruno líquido
apenas inexistente y
miré
a los huidos posos
adivinos
que quieren y esperan
algo imprevisible
pero
deseado…
quedó sin signos
providenciales,
porque la
providencia,
y mi destino eres
tu amor.
Carmen Hernández Rey
©®autora extremeña
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