A LA VIDA
No vinimos solo para mirar
la luna,
ni ver cómo el agua empapa...
la arena,
ni siquiera ojear al sol en su puesta.

la luna,
ni ver cómo el agua empapa...
la arena,
ni siquiera ojear al sol en su puesta.
El lápiz no se coge para poner
palabras huecas,
decir las maravillas bucólicas
del campo,
definir el rojo solitario que crece
entre piedra y piedra.
No se adorna un papel definiendo el mi, Ma me mu,
o la belleza de un príncipe
o princesa,
infames son las letras,
absurdos los verbos,
tontorrón adverbios con lugares
o...
¡bastardos adjetivos!
Bastardos poemas que hablan
desde una torre de marfil
sin llenarse los pies
y las manos de mierda.
Si hay que subirse a la parra
subimos, o por los cerros de Úbeda
vamos.
Pero ir para nada ¡No!
Escribir para nada menos.
13.06.2019
Carmen Hernández Rey
®©autora extremeña
palabras huecas,
decir las maravillas bucólicas
del campo,
definir el rojo solitario que crece
entre piedra y piedra.
No se adorna un papel definiendo el mi, Ma me mu,
o la belleza de un príncipe
o princesa,
infames son las letras,
absurdos los verbos,
tontorrón adverbios con lugares
o...
¡bastardos adjetivos!
Bastardos poemas que hablan
desde una torre de marfil
sin llenarse los pies
y las manos de mierda.
Si hay que subirse a la parra
subimos, o por los cerros de Úbeda
vamos.
Pero ir para nada ¡No!
Escribir para nada menos.
13.06.2019
Carmen Hernández Rey
®©autora extremeña
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