PIENSO
En aquel día que pude quedar...
sobre tu lecho, allí
absorbiendo a toda tu sal,
todo tu sol…
Acomodada sobre ti y suspendida,
extranjera y expulsada de mis pulmones
en las antesalas y espera
de tus branquias,
nacer de nuevo llena de nácar
bella sirena… Ser eterna nereidas
en tus arenales.
y bancales marinos
rodeando con mis manos
a la tierra.
Adentrarme y rebuscar los fondos
oceánicos hasta encontrarme con la diosa
blanca Leucótea,
ser la ahogada errante del épico
flujo la heroína Ino,
y detener la mano de Poseidón
para detener cualquier sacrificio
de todas las Andrómeda,
en ese confluir de Tiamat y Apsu
desde mi cavernas dulces
hasta las saladas cuencas,
pienso que pude ser
de tu mar una simple
margarita nacarada perla.
15.01.2013
Carmen Hernández Rey
© Todos los derechos reservados del texto
En aquel día que pude quedar...
sobre tu lecho, allí
absorbiendo a toda tu sal,
todo tu sol…
Acomodada sobre ti y suspendida,
extranjera y expulsada de mis pulmones
en las antesalas y espera
de tus branquias,
nacer de nuevo llena de nácar
bella sirena… Ser eterna nereidas
en tus arenales.
y bancales marinos
rodeando con mis manos
a la tierra.
Adentrarme y rebuscar los fondos
oceánicos hasta encontrarme con la diosa
blanca Leucótea,
ser la ahogada errante del épico
flujo la heroína Ino,
y detener la mano de Poseidón
para detener cualquier sacrificio
de todas las Andrómeda,
en ese confluir de Tiamat y Apsu
desde mi cavernas dulces
hasta las saladas cuencas,
pienso que pude ser
de tu mar una simple
margarita nacarada perla.
15.01.2013
Carmen Hernández Rey
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