¡THALASSA. THALASSA!

Has derrotado el olor del l...lanto
saboreado lágrimas arrojadas
de una solitaria
trinidad,
territorial soledad única
y maldita
de aterciopelados pétalos
de mis flacos y mis rosas
de mis descoloridas corolas
a punto de marchitarse.

Has derrotado el olor del l...lanto
saboreado lágrimas arrojadas
de una solitaria
trinidad,
territorial soledad única
y maldita
de aterciopelados pétalos
de mis flacos y mis rosas
de mis descoloridas corolas
a punto de marchitarse.
Tus besos injertos de un rosal
de tallos y savia sin maldiciones,
sin espinas ¡Solos rosas!
En una boca de rosas
sin espinas, que gritan
¡Thalassa, Thalassa!
Has besando a mis labios
con los enjambres de tus mieles,
susurrantes en mis cumbres
y litigante de verdades
y deseos, de panes
y melazas,
deseosas ambas de los ecos
de los diez mil Jenofonte
“¡Thalassa! ¡Thalassa!”
Ojos locos y ávidos de agua,
boca loca que te nombra
a cien años
luz en la esperanza de mis días
y mi memoria...
en la verdemar de mis sílabas
lejanas, tan incipientes
tan inseguras…
¡OH! Tú has descifrando poliedros
aritméticos de la malva rosa
en costilla cosida.
Has besado el novilunio de la rosa
en el rosal alboreo de salitre en fuga.
5.9.2013
Carmen Hernández Rey
Autora extremeña
Foto subida de la red
*¡Thalassa! ¡Thalassa!» («¡El mar! ¡El mar!)» obra Anábasis de Jenofonte. Les quedaban aún 1.000 km por recorrer
de tallos y savia sin maldiciones,
sin espinas ¡Solos rosas!
En una boca de rosas
sin espinas, que gritan
¡Thalassa, Thalassa!
Has besando a mis labios
con los enjambres de tus mieles,
susurrantes en mis cumbres
y litigante de verdades
y deseos, de panes
y melazas,
deseosas ambas de los ecos
de los diez mil Jenofonte
“¡Thalassa! ¡Thalassa!”
Ojos locos y ávidos de agua,
boca loca que te nombra
a cien años
luz en la esperanza de mis días
y mi memoria...
en la verdemar de mis sílabas
lejanas, tan incipientes
tan inseguras…
¡OH! Tú has descifrando poliedros
aritméticos de la malva rosa
en costilla cosida.
Has besado el novilunio de la rosa
en el rosal alboreo de salitre en fuga.
5.9.2013
Carmen Hernández Rey
Autora extremeña
Foto subida de la red
*¡Thalassa! ¡Thalassa!» («¡El mar! ¡El mar!)» obra Anábasis de Jenofonte. Les quedaban aún 1.000 km por recorrer
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