Quizás tampoco seas tú,
o tu ausencia,
no sé.
Puede que no sea nada
y sea todo,
el silencio o el
vacío
el naufragio a solas,
dolor de manos en los
remos
sin velas,
en esta vieja suicida
sin puente
ni raíles, o quizás
sea
sea esta alma con
alas
de mariposa que
rompió
su crisálida.
No es tu nombre,
No es tu silencio
No es tu ausencia
Quizás sea la ausencia
de mí rasgando la
arena
de un reloj de arena.
O que la noche vampira
ya se bebió la sangre
de mis arterias
Sí puede que sea que las manos
tocaron tierra.
Pero sigo pensando que necesito
que me ames sin
Piedad,
y luego tengas Piedad
de mí.
5.8.2018
Carmen Hernández Rey
©®autora extremeña
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