"es un perjurar tu boca, tú... es ese infinito espacio
de cumplimiento de cada uno de los pecados; perjurando ¡nunca más!
ATOMIZA

La luz en la
marquesina,
denomina tu buque
insignia
y deja el aguijón de
abeja
a pesar de saber que
la muerte
es su fin.
Acaso sea como
perderse
en unos de los
arrabales de Buenos
Aires,
caer en las aguas de
su isla,
acaso sea, romper un bandeón,
el tacón que se
arrastra por la pista
o simplemente sea la
columna
en uve naciendo
desnuda hasta nunca.
Por momentos
desaparece todos los infiernos,
y reaparecen todos
los pecados
intactos,
a punto de ser
cometidos
para dar cumplimiento
a la sátira
donde las mentiras se
hace orgía
entre dos bocas,
buscando ser cuatro a
ratos.
Digo...
¡Nunca más!
Y miento entre tus
brazos amor,
vuelvo a ser quien
más gana
y dónde más me
pierdo.
4.9.2017
Carmen Hernández Rey
©®autora extremeña
Comentarios
Publicar un comentario