SOFTONE
Creo que la edad me pasa factura
que mis pabellones auditivos
cojean,
y cuando oigo ¡eh! mujer no es un piropo
-ni falta que me hacen-
pero si es ¡ten cuidado mujer!
Oigo mal o tengo un tapón de cera
prehistórica con ofertas de predicados
nominales copulativos: ser, estar y parecer
nada tienen que ver con lo que es.
o mis orejas no lo encauzan bien.
A todo esto me desuno a la marca
¿creo? que me desm-arca,
ni creo que interese que tanto ruido
trepanen a mis oídos -como dice mi madre-
Puede que tanto ruido nos haya hecho
perder el leve gemido de la rosa
cortada,
y el tacto quede suspendido
en un verbo transitivo.
23.08.2019
Carmen Hernández Rey
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