Sin permitir ni aplaudir
como iceberg que toca y hunde
hacia un lecho sin sábanas,...
mi cuerpo se adolece,
mi sien se cristaliza.
La luminosidad enamorada
se siente extranjera en la cama,
devorada en boca de lobo,
como súbito sorpasso
cuadrigas en circo de Nerón.
Los ojos rompen sus barreras,
ellas tan frágiles en la distancia,
ellas tan corazón lastimado
ellas tan bombardeadas
por cañones piratas;
recomponerlas solo conocen
de manos artesanas,
de una sola fuente y cantera...
de bálsamos y arrumacos.
SORPASSO en los túneles
en los caminos blancos
donde las amantes hablan
sin miedo a despertar a la noche
rezándoles versos al alba.
8.7.2019
Carmen Hernández Rey
®©autora extremeña
Comentarios
Publicar un comentario