
TODAS tienen manicomios
LAS que sí y las que no –soportan-
Se esconden, aquellas moles de ladrillos
Indiferentes y amortiguados por la indiferencia
De los cuerdos.
Todas las ciudades adquieren el porcentaje
De gritos que no gritan
De bocas abiertas al dolor -sin sonidos-
En las flemáticas manos que sueltan
Lo feo, lo no placentero a la verdad
De los manicomios y sus locos en silencios.
Tienen manicomios, las que sí
Y las que no, son las ciudades enjambres
De obreras depresivas y rellenas como bombones
De ansiolíticos
y… ¿a quiénes les importan?
Sí ellas tienen bocas mudas,
Muertes opacas
En un sistema donde los manicomios se firman
Con un amor debajo del brazo
En los juzgados y donde un altar te consagra
A estar eternamente loca,
¡Hasta que la muerte nos separe!
5.03.2019
Carmen Hernández Rey
©® autora extremeña
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