
-a Miguel Hernández-
porque fue muerte
antes
de carne y nacido.
a niños yunteros,
¡Quizás! sin yunta
pero igual
de cautivo en el
hambre de el mismo
pueblo;
cerviz en plásticos,
y el basurero...
recogedores de latas
y el mineral de
desechos,
pies harapientos en
el cacao,
las minas y
ladrillos,
ojos cansados en las
manufacturas
de los Ortegas, y balones de cueros,
de esos magnates que
patadas
para ser rey midas y
niegan ver el yugo
que hace niños presos... niños tinteros,
mi niño pobre,
míseros niño yunteros.
y reino, de
políticos, banqueros, dioses
de todo tipo y cielos,
y con solo un infierno...
Niños tinteros que
pagan con sus vidas
los malditos destino,
y el karma de
asesinos cobrando
con sobres negros.
él, que fue poeta de
campo y callos
entre sus dedos...
gritos a la
explotación del pueblo,
a toda persona que
nace y muere
con los hígados en el
suelo
y el miedo en sus
sueños.
fusiles con sangre,
niños yunteros,
yunteros, yunteros...
del pueblo.
Hay una yunta que perdió a un niño,
porque murió antes de
ser,
y ser libre para
coger
lo que es del pueblo
Así canta el poeta
niño,
niña yuntero.
7.3.2017
Carmen Hernández Rey
©® autora extremeña
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