DOMINGO
Sin muro de contención,
que me detenga en la
caída
al vacío,
El desgano ensañado
en vena,
ablución de cara que
se mira
en el fondo de una
palangana,
ganas ninguna, para
quitarse ese maquillaje
de guerras…
El trazo negro sobre la frente ¡Señal
de estratagemas!
Restos de otros
avances, de usuras,
de posguerras…
Domingo que denuncia
aquello que se
anuncia,
todo lo que aprendí y
olvidé,
cuanto escupí y
renegué
las sombras
templarías,
los negocios
genocidas de tierras
y escudos,
y palios y sagrarios
de vil mentiras.
Domingo que avanza por mis légamos
de salterios: ¡A ti
alzo mi voz! *
“como anhela la cierva los arroyos”**
“¿de verdad dioses pronunciáis justicias,
Juzgáis conforme a
derecho?”***
Tú que me conoces, me escrutas,
sabes cuando me
siento
y me acuesto,
reconoces mis
pensamientos,
tú me percibes
desde lejos de camino
y acostada…
Tú lo adviertes y familiares te son todas
mis sendas”****
Domingo de rezos,
lechuza en alto, que
ni se permite
hacer un giro de
setenta grados…
no sea que vea su presa
¿Qué haría con ella?
Aún así, tú mi Diosa lo sabes todo,
“Me abrazas por detrás
y por delante,
después pones tu mano
sobre mí****
porque tú diosa me
acunas
en tu regazo.
1.10.2013
Carmen Hernández Rey
©autora extremeña
Todos los derechos de
autora
Foto de Adam
Martinakis
**** Salmo 138; *** Salmo 59;*Sal 28;** Sal 42-43
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