"Cuando
se llega al punto de partida de las carreras de carros, hay un altar con la
inscripción Al -Dador de Destino- de Pausanias
SOBRE
TU CABEZA… LORCA
-a
horas de tu asesinato-
Poeta
se describe el vacio
de
toda una nación que te sigue
depositando
en el silencio.
Tú
que rechazas y gritas desde tus palabras,
ellas
que te llora, como en el yermo
lugar
de necios donde la dictadura
que
no claudica,
porque
sigue la mordaza avisando
del
peligro de cantar o escribir,
de
leer libros y coger pluma.
Vuelvo,
vuelvo a mis ojos a los tiempos
donde
los dioses eran mitos,
viajando
en carros alados
-hoy
serían aviones-
sin
erotismo poético,
ni
mástiles con sostén de dioses
escribiendo
viajes de granada
a
Nueva York,
tu
cabeza está exenta
de
la inscripción oportuna
que
como tu vida los asesinos
también
te robaron, y siguen
robando,
¡Bastardo
campeones del miedo!
Tu
cuerpo está debajo de una luna
temerosa
de asomarse al riachuelo
de
acercarse a esa huerta de roneo
de
amantes
o
jovencitas con zarcillos y su pelo
suelto
de trenzas bajando al río
donde
el amor sigue existiendo
aunque
la luna se tape con las hojas
de
un almendro.
¿Sabes
poeta, qué pondremos
sobre
el realce de tu templo?
acaso
un tricornio, la mano y su rifle
la
podredumbre de su boca,
el
yugo del pueblo
las
flechas que envenenan sin mesura
el
águila que todo lo mira
la
cruz de la ignominias
¿Qué
pondremos sobre este agosto?
si
cada año si el mal sigue…
en
esta maldita España con huesos
raquíticos
de verdad
de pedir
un perdón.
-A
horas de morir-
No
habrá como en el templo de Zeus Moiras
mujeres
cargando: rueca,
tierra
o tijeras
delante
de tu inexistente
sepulcro…
Nada
existe nada…
Y,
todo sigue vivo carne y corazón
libertad
en tu poesía.
A
sus pesares, los asesinos esconden
sus
apellidos y tú planeas por encima
del
águila como Cóndor andino.
16.8.2018
Carmen
Hernández Rey
©®
autora extremeña
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