NO
HAY

Nada que celebrar
tampoco victorias
en un acero in- soldable.
¿Quién teme el hambre,
la sed, el desierto,
quizás el cuervo que acompañará
O la canción triste
de una voz entre sollozos?
Poe...sigue cantando en versos
a Leonora,
y las baladas tristes
siguen pensando en un quejido
ronco de saxo...
¡Van! las cadenas en sueños,
y se parapetan en mis pecho
buscando la lujuria de un deseo
en extremis
30.8.2015
Carmen
Hernández Rey
©®
autora extremeña
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