HALO

HALO

-nunca sabré cuanto te debo amor-

El universo lo contiene,
es tan sutil como un suspiro...
cuando algo bello roza tu alma
y tan intangible como ella misma.

En la imaginación a veces no cabe
un inventario para contener
tantos asientos del haber,
y que el paralelo en el debe
resten un ápice de tanto
asombro un tiempo después.

Sé que los sueños de niña se cumplen,
que los personajes que haces tuyos
tuyos son, cuando por primera vez
escuchas su nombre,
y detallan su vida en una canción.

Hay un halo que no anuncia
martirio sino lluvia,
para ese alma esponja,
y colocarte en una vereda casi
vacía, porque es así como debes
caminar
así es como deseamos ser desde
la uterinidad terrenal.

Así es para todo el arte donde el alma
se hace instrumento,
y como él y antes de ser fabricado,
ya vibró en el alma de sueño del artista,
¡tembló¡ como hoja en viento
en las manos de ebanista.

Fue así como mi bastidor sostenía

a mi brazo,
mis dedos a las agujas mientras

rítmicamente

colocaban el hilo
en cada trazo de la flor,
ella no se quejaba de estar en rama
florecida y prendida de olor, no...
ellas fueron consciente mientras
yo no de qué Alfonsina me entre olas

de sal y versos me esperó.

Prendidas estaban en mis manos
el hilo y flor... trenzando y bordando
en mi corazón el soñado y verdadero

amor ese que a ella me llevó,
y a ella la mató.
De amor y desamor también
se muere.

13.8.2018
Carmen Hernández Rey
©®autora extremeña