Ellos están esperando un día
concreto,
que el día abra la puerta...
la piedra rompa el velo
y que la piel y carne
les acompañen en ese dueto
inmorte.
Esperan un lapso equivocado
e invocado de ultratumba,
que siga la vela encendida
e incombustible,
con fuegos artificiales,
las burbujas en copas
en los platos tarta con las velas
de antaño.
Los huesos muertos en los osarios,
se adolecen de tanto y tantas ganas
de celebrar los aniversarios,
pasivos hoy,
ya huérfanos.
La memoria tiene recuerdos en los
osarios.
11.7.2018
Carmen Hernández Rey
®©autora extremeña
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