HAY UN SUPLICIO

Mayor que estar con el agua
al cuello,
que el orbe como piedra circular ...
se adapte hundiendo a mi cabeza,
y que la fruta del manzano
en cada uno de sus átomo
de sol y luna,
fracción a fracción esté lejana
de mi boca,
un día más y de mis niñas
terriblemente esquiva.
No hay un suplicio mayor
ni mis pestañas soportan más
este letargo vacío de tu presencia,
remar sin llegar a limar el borde
de este balde de agua,
que me anega
me hunde
me condena a estar de pies, cuello
y manos sujetando mi vida
viendo que soy devorada por un dios
del tiempo,
en esta argamasas de piedra impertérrita.
Y...
no... no existe un castigo mayor
ni indulgencias benévolas para el
suplicio de amor y dolor de un cuerpo,
un cerebro y una alma llamada
que hoy se llama el suplicio de Tántalo.
21.7.2018
Carmen Hernández Rey
®©autora extremeña
que hoy se llama el suplicio de Tántalo.
21.7.2018
Carmen Hernández Rey
®©autora extremeña
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