
Nace con una guadaña,
afilada y con brazo largo
-Nadie escapa-...
Él sigue su rumbo sin ningún
esfuerzo,
retoma tropiezos y se los cobra
con recargos de usureros.
Hay quien quiere atraparlo y piensan
en relojes con horas y minuteros,
de cuerdas o digitales,
olvidando que la moneda va siempre,
directas a ojos tuertos.
El tiempo vuela si no está en medio,
y cómo dulce lento camina
si es la voz del infierno.
El tiempo... el tiempo.
14.7.2018
Carmen Hernández Rey
®©Autora extremeña
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