
TU
BOCA
Me
ata en los fueros de tus laberintos,
jardín
proscritos.
cruz
y bálsamo que
¡por
dios no quites!
ni
un solo clavo que ata a ella.
ni
sus brumas
sus
tormentas,
a
las heridas insolentes,
de
mis sábanas impúdicas,
mi
carne presa,
a mi
boca rehén de tu brocal
su
sangre deja.
donde
el alma alivio deja
y
encuentra.
18.6.2018
Carmen Hernández Rey
©® autora extremeña
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