ME VIVE UN… CANSANCIO
Detonante.
Como aquel que hace explotar un todo
para que sea ruina, sabes, intuyes...
que, en ella va tu propia existencia
y supervivencia, que la dinamita
y la mecha es parte de ese fuego
que hará de ti un cataclismo
sin ciclo.
Detonante.
Como aquel que hace explotar un todo
para que sea ruina, sabes, intuyes...
que, en ella va tu propia existencia
y supervivencia, que la dinamita
y la mecha es parte de ese fuego
que hará de ti un cataclismo
sin ciclo.
De la hecatombe dejará escombros
a la vez que tus manos
aren el suelo baldío.
Vendrán un cansancio físico
que neutralizará a tu cielo en desplome,
dispondrás argumentos zafios
y socarrones para distraerte
de un silencio innecesario,
atronador
Mientras miras hacia otro lado,
haces que sientes el misterio
que nunca cae a otro lado,
pero,
desviando a mi mirada,
sabes de tu suerte,
tu muerte en vida
y para mí.
Aún no sabes que morir a veces
cuesta tanto como vivir sin ganas,
o seguir rumiando el daño,
que haces en tu cobardía
mi mísera vida.
La salitre te tiñe de un color
y olor, que oscurece a todo,
hasta lo bello pasado
lo anterior
y, te carcome tu espacio y su hedor,
tu lugar
una imagen
una espera
una desesperación
las refriegas de guerras
inventadas y embusteras.
Nada existe en los intermedios,
nada hay intermediando
en pos ni en contra
es el cansancio y el dolor
es el dolor que cansa y pesa
en extremis.
¡Ya!
Me... vive un cansancio
rancio.
20.6.2016
Carmen Hernández Rey
©® autora extremeña
todos los derecho de autora
foto de la web
a la vez que tus manos
aren el suelo baldío.
Vendrán un cansancio físico
que neutralizará a tu cielo en desplome,
dispondrás argumentos zafios
y socarrones para distraerte
de un silencio innecesario,
atronador
Mientras miras hacia otro lado,
haces que sientes el misterio
que nunca cae a otro lado,
pero,
desviando a mi mirada,
sabes de tu suerte,
tu muerte en vida
y para mí.
Aún no sabes que morir a veces
cuesta tanto como vivir sin ganas,
o seguir rumiando el daño,
que haces en tu cobardía
mi mísera vida.
La salitre te tiñe de un color
y olor, que oscurece a todo,
hasta lo bello pasado
lo anterior
y, te carcome tu espacio y su hedor,
tu lugar
una imagen
una espera
una desesperación
las refriegas de guerras
inventadas y embusteras.
Nada existe en los intermedios,
nada hay intermediando
en pos ni en contra
es el cansancio y el dolor
es el dolor que cansa y pesa
en extremis.
¡Ya!
Me... vive un cansancio
rancio.
20.6.2016
Carmen Hernández Rey
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