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HAY VIDAS - a mi madre-


HAY VIDAS
-A mi madre-

Que empiezan a hombros en noche oscura,
huyendo de botas y rifles,
de gorros sostenidos por cerebros malditos

que imponen sus razones
a golpe de nombres en pizarra y cruz
en campo “dícese santo”

Es aquella vida viviendo en la pobreza

de una guerra sin tregua, de hambre e infortunios,

de señoritos eligiendo
el pan de la mesa del pobre bracero o la sirvienta,
quien come mañana y quien vive o muere

de enfermedad y precariedades mañana,
es la potestad -del mando- quien da el visto bueno

para engrosar una listas de uno de los dos bandos,

 aunque ni siquiera tuvieras color en las mejillas...
nada importa ni siquiera, saber qué la muerte

era la condena
por no confesar con sus intrigas de bastardas libretas.

Hay vidas que empezaron en plena guerra, creció

en los primeros años
de posguerra, y huérfana la dejó,

se llevó es más noble título para una niña

apenas con trenzas ni vestido
y trozo de carne en mesa.

Hay vidas en manos de nadie y moneda

de todos los que a su alrededor eran todo menos

dueños, sin el menor latido de la Madre

antes de estar muerta.

Hay Madres que desde niñas y sin parir
las hicieron nacer madres secando su dolor,
de niña huérfana
de niñez huérfana.

Hay vidas que de la gloria se merecen
el paraíso en la tierra,
porque ya conoció un infierno,
hay madres que viven el segundo
presente como fiesta celestial.

Hay madres
Hay vidas
Hay don
Hay alegrías...
Esa es mi madre.
5.5.2018
Carmen Hernández Rey
©®autora extremeña

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