"mi huesos aspiran la curva planetaria, el estribo,
la puntal y nupcial creación marciana"
MARTE

Tuvo la oportunidad total,
sin ambigüedad
de ser el tótem de este amor,
ser marca, rojo y full, amor marciano
de a dos.
Y tuvo la oportunidad de ser el planeta
telúrico de la piel y los espacios
imprevistos,
extraños de formas y atmosferas,
sin fatalidad,
con casualidad
asiduos a dos.
Marte y sus dioses latió en la guerra,
en la carne rotando,
en cada cuenca boreal,
en la savia festejando
el triunfo,
Y…
Avisa este amor planetario que la vida
fluctúa en este instinto
de amante indiscreto y animal,
avisa que es peor para quien tolera
lo insubstancial,
la ceguera parte Martes
peor.
Para quien piensa, en un pronombre
no marciano, y la piel no se eriza
desmenuzada en los dedos selenitas.
13.2.2018
Carmen Hernández Rey
©® autora extremeña
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