ELLA
Tapó mis ojos, cogió mis manos
las hizo caminar por dos veredas,
luego…
cogió una y la puso sobre algo más
que templado, húmedo y sedoso
introdujo a mis dedos dándole
ritmo con su pelvis,
susurrándome al oído los calmó.
- sin prisas-
hizo recorrer sus laberintos.
En los silbantes jadeos íntimos
le hizo nadar contra la corriente táctil
y salvaje que los inundaban.
Aún sofocada, sacó mi mano,
tocó mis dedos,
los llevó a su boca,
los besó, y lenta muy lentamente
los dejó sobre mis labios,
mientras ardía de pasión.
Por primera vez…
olí, a vida
olí, la mar
olí, su alma, y…
y supe del amor.
18.9.2017
Carmen Hernández Rey
©® autora extremeña
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