QUADRANS
MURALIS
luz
a millones de años desentonados
y
opacos,
en
las bastardas luminarias de un neón,
a
ritmo de talón, raso y lento a la mente.
Lento
tan lento en descifrar una lengua
lejana
en el tiempo y cifrados en las desesperadas
letanías
de un Kyrie eleison.
Caen
la constelación en sus luces, como décimas
de
un ocaso peleándose por no caer en el descenso
y
ser las eternas estrellas elegidas del universo,
de
ese universo cansado que las vomita,
para
hacerlas parte de un libro con tres escenario
de
comedias divinas.
Cantan las lluvias de estrellas un viejo alfabeto
oriundo, de las vías donde el cuarzo quiso ser,
apostó ser
ser
sin llegar a ser resto de polvo cósmico
y
dejarse en lo alto de tierra brillando.
15.7.2017
Carmen Hernández Rey
®©autora extremeña
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