EL INSOMNIO DE LAS MUSAS
Es el vicio de la costumbre
bastarda,
las que apagan velas en mi boca,
ciegan los caminos de las sílabas,
dormitan en mi almohada,
viajando a ciegas en galaxias
a lomos de las acémilas,
secas beben del “Crepúsculo de los Ídolos”*
y, la miel de un panal sin obreras.
Las musas, guardan en cajón de alfayate
las herramientas del tiempo,
el insomnio zafio y vil de las signos,
son…
las insólitas dueñas con explosivos
de una heridas beligerantes,
sin suturas,
asociadas en el antagonismo de un pensar
y un decir torpe.
Obtener el favor en el insomnio
de las musas en opositar
dispersa, entre el ser y la entelequia
del poema.
*Nietzsche
1.7.2017
Carmen Hernández rey
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