MARIAM

Recogió leña, hizo fuego,
fue a por agua,
cuidó de sus hermanos y se puso a danzar
descalza en aquella tierra de color
albero del Chad.
Mientras Shaira, sin libros deleitaba
con su voz
a la danza tribal.
Mariám despertó aquel día con aire
festivo,
pasando las horas, vio a Shaira con un
vestido diferente
al lado de un vecino mayor,
y
cuando la fiesta estaba a punto
de terminar, la vio marchar.
Cada día cuando el sol se oscurecía,
preguntaba por Shaira, sin que nadie
dijese
donde podría encontrarla y escucharla
cantar
aquellas canciones con nombres tan
diferentes.
Nunca obtuvo respuesta, y cuando
insistía,
algún que otro manotazo cerraba su boca.
Nadie le pudo decir que pasó con la
poeta de la luna,
¡Nadie!
Con el tiempo, Mariam olvido los relatos
de su amiga,
mirar a la luna, y extrañar aquellos
cantos alrededor
de fuego.
Unos año después, se hizo otra fiesta en
su poblado,
ahora era ella, la engalanada,
y, cuando terminaba el día, una mano la
arrastró fuera
del poblado y de la luz.
¡Nunca más supieron de ella!
* En Guelendeng, al sur de Chad, se
prendió fuego después de que su padre la obligó a permanecer en la habitación
con su esposo de 60 años de edad. A pesar de las quemaduras, Mariam pudo
sobrevivir y ha estado 14 meses en un hospital. Para ella fue mejor rociar
queroseno en sus genitales, antes de obligarla a casarse.
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