
La sangre premia a exigirla.
So pena de muerte escuchan
bajo
torturas a una voz que nadie
escucha,
la ley de guesas*, inquieren
retribuir una sangre
que maldita nace en vena,
que se hincha en testículos
y pasa a cabeza
que busca denigrar el templo
sagrado
de una mujer por donde él le
parieran.
Retribución de corsarios,
religiones bastardas
de una patria aria en
ofensas,
a mujeres que osan defender
con legitima
las injurias de clínicos asesinos, que denigran
el juramento hipocráticos en
pos de las obscenas
aberraciones de sus
braguetas.
Reihané Yabarí dejó su vida,
como antes
dejara huérfana a su lengua,
violada por un bastardo médico,
violada por un sistema judicial
por la prensa que se justifican
en -según ella-.
Irán, y Morteza Abdolalí, Sarvandí,
Yalál Sarvandí,
Ministerio de Defensa…
Asesinos con treinta monedas
de plata en sus cuentas,
en este misóginos y basura de estados islamistas-
Veintiséis primaveras en un invierno,
siete soles en una celda,
ninguna Ley tendrá el honor,
de retribuir tu sangre a la Tierra,
en las manos homicidas que violan,
maltratan y matan, censuran
la voz de a quien verdad niegan.
¡Malditos Estados, Leyes y religiones
que sin la mujer vivir quisieran,
pero sí para joder querer, quisieran
tenerlas.
13.1.2017
*ley guesas, de retribución de la sangre
en los estados islamista
Carmen Hernández Rey
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