LOS FANTASMAS

Se cuelan dejando una misiva
por debajo de la puerta,
creen tener el derecho de pernada
como rufianes reyezuelos
y, atizan su fusta en mis costado
como a lomo de jamelgo.
Hablan con la ironía de un pasado
a medio hilvanar,
y bolsillos de bajos fondos,
en definitiva los fantasmas crecen
en cada oportunidad dada
haciendo una bola impertinente.
Se paga un precio alto, por silenciar
su quema, la reserva
o el simple hecho de callar
por conveniencias.
Los fantasmas dejan entre sus artilugios
de censura, a cada una de las letra
que describen como fue aquello
que ya no queremos recordar
y que sin embargo se dejan caer
los mensajes por debajo de la puerta
cuando ve que en tu rostro sufre
de amnesia.
Los recueros son fantasmas amenazando
ser la vieja guardia de mis letras.
11.21.2016
Carmen Hernández Rey
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