COMO EL TROMPO
Desea
a la cuerda,
y las
rufianas hilachas, no desea
ser obligadas
a enrollarse
de
cabeza a pináculo,
ser
el vínculo de giro,
de
una danza fútil
de trompo
volteado en trama novelesca
de
nudos apretados como cincho
por
un proscenio con miedo al escotillón.
COMO
EL TROMPO
Los
entramados de la vida
las
hace girar de frente y a la pared
de
una misma,
nos
gira,
se
hace hilo, cuerda, trompo,
sin
los dedos oportunos que le hagan
girar
oportunamente
sin
obligatoriedad,
de
muchos o pocos.
COMO
EL TROMPO
Desea
danzar entre las bambalinas,
pernoctar
en el ciclorama del Bolshoi,
romper
la tramoya
y
secar el cuadro de un lago seco
donde
los cisnes bailan un vals inerte
y de
inexistente resistencia a morir
o a
ser
o a
fluir,
y
donde se golpean en un fuera y adentro
inútil
de vida
saber
o no saber
fluir
o no fluir
en
la misma danza y sin las agónicas
pirueta
de un trompo en manos,
de
quienes nos ver morir
bajo
las frías luces del escenario
de tuertos
ojos que se lustran
de
ficticias verdades,
sin
el desafío existente de la vida,
ella
que solo habla de…
sentir.
COMO
EL TROMPO
Los
sentimientos y las manos
deberán
saber cuándo conviene
lazar
y soltar.
vivir
y girar
qué
novela vivir
que
trama llevar y sobre todo
que
nudo cortar y desenlace
vivir.
"Pues
la verdad amarga, tal bocado
mi
boca escupa con enojo y ira" Quevedo
5.12.2016
Carmen
Hernández Rey
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