UN
ROCE
de piel
y emociones que exige
un tributo
del César.
Te
retorna viva a los aromas adictivos
de rama
de olivo,
esperanza
en pico de palomas,
aromas
esmeralda
ojo vuelo
anuncio
de tesoro
profetas
en paraíso.
Te
retorna a pedir la muerte
del éxtasis,
a
resucitar en cada verso libre
en
dedo, ellos pedigüeños de ti,
porque
porque
te desean
te
gustan
suspiran
el genuino sabor,
del naufragio
uterino.
UN
ROCE
Te
retorna al principio de los tiempos
a
nacer rompiendo tus papilas
como
esporas que se rompen
para
expandirse y crecer
lejanas
de la cárcel donde la
liviandad
recrea caricias en la cálida
brisas…
lengua
como pluma
en
vuelo.
UN
ROCE
incitando,
a todas las conjugaciones
del verbo
amor…
a
querer
a morder,
a comer
a besar
a
arañar,
a trepanar
UN
ROCE
Te
retorna a ese núcleo-fuego,
de
mis hoyuelos,
comburente,
oxigeno clamando
tu fideicomiso
que vengas a velar
mis
sueños, tú nenúfar de mi aurora,
luna
creciente de mi cuarto,
de
las pestañas que te ocluyen
en
mi vida
para
que no te sueltes
para
atraparte y sigas siendo
el
roce que retorna cada madrugas
en
mis días.
5.11.2016
Carmen
Hernández Rey
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autora extremeña
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