NADIE
LA VE
Y,
ella cruza la calle con pisadas que saben
hundirse
en el asfalto,
él
huye buscando refugio un metro más abajo
de
sus huellas, a veces tempranas y otras
no
tan nítidas en mitad de la luz,
tan
diurna.
Nadie
la ve, pero ella sola deambula coexiste
pensando,
¿Cómo es eso de sentir la vida,
mirar
la ruleta por donde todos
giran,
sin
pedir o querer aferrar esa -manilla-
de
la última puerta, que dice?
¡pasad
, pasad al fondo, que aquí, soy
y es
donde la verdad y todo termina!
Nadie
la ve, ni cuando ella muere de risa,
en
sus ingenuas burlas, que terminan cuando
alguien
tropieza y la pisan,
sin
pedir disculpas se sacude de sus cenizas
y
colorín colorado a otra vida.
Nadie
la ve ni cuando se derrumba
en
canales de tristeza por tanta
alegría
si sabes vivir la vida,
ella
abre sus canales de miserias
y
tristeza,
espera
la barca solar, y los trueques
de
Dat, para que le amanezcan
sus
arco sonrisas.
Nadie
la ve y sigue caminando
pie
adentro desde el miedo y la búsqueda,
hunde
la orilla con orilla y cuando nadie la ve
su
pies en la orilla por donde
nadie
con su pie pone trampas
con
guita.
Ella,
la muerte camina, transita
ríe
y llora, pisa fuerte y pisa…
pisa
el cemento, pisa la hierba
a la
propia vida de todo aquellos
que
viven siendo agonía de la vida
y
cavando su propia tumba
en
vida…
Y
ella ríe… mientras nadie la ve
y
llora, cuando le pisamos la guita.
-la
muerte es presumida con la vida-
7.11.2016
Carmen
Hernández Rey
©®
autora extremeña
todos
los derechos de autora
foto
de la web
Comentarios
Publicar un comentario