LA
PIENSO
O
intento describir, sin lograr
apenas flanquear la primera piedra...
apenas flanquear la primera piedra...
Asaltar el pensamiento imaginario
de las manos y la cabeza de quienes
supieron crear una mole de pura
y férrea belleza.
La
pienso y me olvido, del fin último,
de la sentencia que adjudica un pliego
junto a rezos demasiadas veces masoquistas.
de la sentencia que adjudica un pliego
junto a rezos demasiadas veces masoquistas.
Me
recreo en las geométricas ventanas,
en los rosetones ambivalentes
en los rosetones ambivalentes
y valientes a sabiendas que humillarán,
arrodillarán a cualquier luz que ose entrar en sus poliedros multicolor.
La
pienso y me basta recorrer sus calles,
sus ábsides,
sus ábsides,
las
columnas desde sus basas hasta los nervios
que
detenidos en sus centros conquista el techo
en estrella,
haciendo eterna y fugaz
absorber
tanta belleza
La
luz impregna, te imprime
y
comprime como la Polar luminiscencia.
La
pienso como alguna vez alguien
la
imaginó,
libre
de los impuestos de un jefe creador...
La
Catedral es así...
Libre
y sin precios de honor lapidario,
aunque
a los ojos no parezca.
27.8.2016
Carmen Hernández Rey
Carmen Hernández Rey
©®autora
extremeña
todos
los derechos de autora
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personal
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