QUIEBRO

Las ramas de mis lirios.
A ti me ato, espigo y cosecho
desde tus cavidades a la esencia
- tan mía-
a la esotérica mandrágora
la baño en el insomnio
de mis ojeras y su toxinas,
de parecidos que no caben
en corazón, ni fluctúan por mis
manantiales de mujer.
Mandrágoras emigran elixir
y luz, de mi cuerpo
a tu obstinación.
azabache tóxicos
negro asfalto
donde pernotan -las diferencias-
recomiendo a las inapetencia
de todas los alucinógenos
públicos, y sus semejanzas
-sin correspondencias-
de ti, tú mi esencia,
la esencia y útero que espera
y desea, bañarse en
la recolecta
mandrágoras del vástago de Lea,
propiedad danzante y deslumbrante
de tu vientre,
del sueño que despierta
y amor aproche de
esta fiestas.
Por eso talo, la raíz hirsuta de Plinio,
etérea de prójimos,
en esta magia diluviana
de estrellas,
y liturgia de amor.
*Génesis 30; 14
9.6.2016
*Génesis 30; 14
9.6.2016
Carmen Hernández Rey
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