JUGAMOS

A saber, cuánto miedo
tienes tú o cuanto miedo
arrojo yo;
el que nos puede
romper,
sin saber la cantidad que nos existe,
el miedo también se evalúa
con cualidad.
-no solo cantidad-
tienes tú o cuanto miedo
arrojo yo;
el que nos puede
romper,
sin saber la cantidad que nos existe,
el miedo también se evalúa
con cualidad.
-no solo cantidad-
Yo, pobre niña de barcos de papel,
en sus dedos, que por no leer
no ha leído del miedo los cuentos
de Lovecarft,
tendría los calificativos
perfectos para escribir la mejor
de las novelas con los propios.
en sus dedos, que por no leer
no ha leído del miedo los cuentos
de Lovecarft,
tendría los calificativos
perfectos para escribir la mejor
de las novelas con los propios.
No, no sé de ti más aquellas palabras
que -a medias- en un diván
nos dijimos,
y que muchas olían
a plumas de águila,
ya sin alas…
¡Dicen! que es un ave con ojos avizor,
pero ya sabes tú…-
- confesor-
que el ojo de dios
no sabe de plumas,
ni de lágrimas de latón viejo
recogiendo el agua de las tejas,
Sí, así…
¿Cómo, cómo podría hacer la botadura
de mi barco níveo escrito
con todos los miedos
de la mejor novela de Lovecraft?
31.5.2016
Carmen Hernández Rey
©® autora extremeña
foto de Atrio
que -a medias- en un diván
nos dijimos,
y que muchas olían
a plumas de águila,
ya sin alas…
¡Dicen! que es un ave con ojos avizor,
pero ya sabes tú…-
- confesor-
que el ojo de dios
no sabe de plumas,
ni de lágrimas de latón viejo
recogiendo el agua de las tejas,
Sí, así…
¿Cómo, cómo podría hacer la botadura
de mi barco níveo escrito
con todos los miedos
de la mejor novela de Lovecraft?
31.5.2016
Carmen Hernández Rey
©® autora extremeña
foto de Atrio
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