CUANDO LAS SIENES

Pintas canas hay piedras
que ya no mueven el molino.
-el ladrón sigue en su sitio-
El agua se deriva como brazo cortado
-le sientes- pero no está.
Las sienes se dejan palidecer
por un color mortecino,
avizor y culpable -a veces-
de algún que otro desatino.
No en vano hubo días, para entablar
pactos, despedir glorías y dramas
sobre legajos,
hacer obras de buen teatro,
y, no entremeses apocalíptico,
o chinescos.
Pintan… pintan… canas y vienen
cargadas de bastos,
y siempre ocurre que estos
los mueven las mismas manos,
los tiriteros de las cortes,
donde siempre hubo tinte para tapar
la usura y el desgobierno
del despreciado pueblo.
Pintan… pintan… canas
o pintan bastos,
pinta hambre porque toda
la plata se vistió de panameño.
15.4.2016
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