Me nacieron costillas,
cosidas a un tronco inmóvil,
material pétreo e in-volátil.
Alas para soñar en un universos
de unicornios de color poeta,
de letras de violín y pentagramas
en su defensa…
Pedía alas para volar y esposaron
a mi huellas,
con clichés de brujas y princesas
con disimuladas niñas en las capuchas
escarlatas…
Alas para volar sin romper ningún cristal,
ninguna puerta,
ninguna traviesa
sin pegamentos en mis huellas…
Pedí alas para volar y me dieron
cien mazmorras -sin luz- en ella;
un velo, un blanco, decenios de consejos,
y adversarios malos…
Pedí alas para amar, y buscaron
un tiempo pasado
un reloj sin cuerda
un verbo que decía -ser pudo-
pudo ser mejor o peor
y nada fue, y nada sé
y nada… es nada.
Pedía volar y caí como ave en red.
22.3.2016
Carmen Hernández Rey
©® autora extremeña
todos los derechos de autora
foto de Nelly Casas
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