NO
PUEDO EVITAR

pensar que haya pies
detenidos,
sin ganas de beber sus aguas,
tocar su sal, empaparse de sus olas,
romperse en ella…
-más de lo que ya están-
No
puedo evitar, pensar que la mar
es bella, y no es lugar para acoger
tantas vidas, aún como muchas historias
que contar en la tierra.
es bella, y no es lugar para acoger
tantas vidas, aún como muchas historias
que contar en la tierra.
Y no
puedo evitar sin pongo maquillaje
en mi cara, pensar, repienso cuantas
mujeres maquillan su rostro para tapar
aquel golpe de más,
más duros y derechos a la médula
a la brecha que siempre
tiene la excusa del lavabo,
o la esquina de una mesa…
en mi cara, pensar, repienso cuantas
mujeres maquillan su rostro para tapar
aquel golpe de más,
más duros y derechos a la médula
a la brecha que siempre
tiene la excusa del lavabo,
o la esquina de una mesa…
Evitar,
como evito pensar a la chica
que deambula perdida por la ciudad,
desgarrada por dentro, rota su vida
delante de los ojos que la juzgarán
y le preguntarán
¿Cerró usted bien sus piernas?
Quiero olvidar la mano que no meció cuna
sino lunas… la que vomitó sus sucias uñas
entre las piernas de una niña,
quienes rompieron -niñez- e las hizo entrar
en la basura de una edad adulta…
que deambula perdida por la ciudad,
desgarrada por dentro, rota su vida
delante de los ojos que la juzgarán
y le preguntarán
¿Cerró usted bien sus piernas?
Quiero olvidar la mano que no meció cuna
sino lunas… la que vomitó sus sucias uñas
entre las piernas de una niña,
quienes rompieron -niñez- e las hizo entrar
en la basura de una edad adulta…
Olvidar
los novio que nunca ven nada,
los maridos que siempre son idos,
el amar sin amantes que sepan amarte
desde las uñas de los pies a la raíz del pelo
-sin alicates-
olvidar el padre que nunca fue padre,
el hermano que nunca creció viéndote
como hermana
el suegro que vomita sus ojos lascivos
en tu escote
el vecino que sueña pisar tu umbral
y aquel tendero de chuches que restriega
su semen por tus manos inocentes
los maridos que siempre son idos,
el amar sin amantes que sepan amarte
desde las uñas de los pies a la raíz del pelo
-sin alicates-
olvidar el padre que nunca fue padre,
el hermano que nunca creció viéndote
como hermana
el suegro que vomita sus ojos lascivos
en tu escote
el vecino que sueña pisar tu umbral
y aquel tendero de chuches que restriega
su semen por tus manos inocentes
¡Quisiera! dar un grito, que tuviese voz
aunque se apague eternamente,
y solo mi silueta adornase a mis palabras
mañana, ya y sin tantos quisiera,
doblando
el puño en la boca de mi estómago,
ya.
29.3.2016
Carmen Hernández Rey
©® autora extremeña
todos los derechos de autora
©® foto personal
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