"nadie tiene la verdad absoluta sobre la otra
persona... como tampoco el mundo tienen el demiurgo sobre él... Solo tú podrás
abandonar el mundo en manos de tu acogida y el abandono de tus dos personas...
quédense con la verdad de su boca, y dejen limpia a la mía, en mi
naufragio" poética extremeña. -chrey-
Es la mía y me lleva a implorar
a la deidad justa.
Ella que no es traducida en los teoremas
de una escolástica medieval
que sigue en disputa
con Averroes.
Mi fe, y la fe en mí.
La razón, y mis razones.
Mi unidad y yo
-siendo dos-
Mi muerte una
y seguimos siendo dos
-ella y yo-
o tres… el alma que huye
de mis dos,
en justo albedrio.
Verdad Doble, es este
mi estado.
¡Mi caos!
En preguntas concatenadas
en el orden.
Yendo en disparo mortal de la belleza
o la perfección…
o quizás, aún menos de ese
demiurgo,
que sigue proyectando
sus ideas en mi mundo
a sabiendas que no es suyo
sino mío, no.
¡No! Para nada es el daimón-destino
en las pautas de ánsares
de bocas hablando bajo
los excrementos de dioses.
¡Menos! de los caídos seguidores…
o de alturas aladas y protectoras
bajo la forma susurrante
de una daímon-conciencia…
También ella es ajena a este mundo
que solo es mío,
muy mío
tan mío
como tan ajeno a la vez.
Deduzco a la lógica y sus números,
y, que no siempre ha de ser para el corazón
uno, como el deseo tampoco
es uno precisamente
porque es reconocido y bueno
volver a él aunque
sea naufragando a toda
la verdad.
30.11.2015
Carmen Hernández Rey
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