TRABAJO REALIZADO PARA "LA SEMANA CULTURA" DEL
CENTRO JUAN CARLOS RODRÍGUEZ IBARRA DE VILLAFRANCA DE LOS BARROS-BADAJOZ.
-LUGAR DONDE TRABAJO-
-NO IMPORTA SI HE QUEDADO FINALISTA O NO... IMPORTA QUE
MAÑANA Y TODA LA SEMANA SERÁ UN DÍA ESPECIAL PARA TODOS ELLOS
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¡¡¡FELICIDADES AMIGOS-AS!!!
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LUCIA "MI JUEGO DE VIDA"
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¡¡¡FELICIDADES AMIGOS-AS!!!
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LUCIA "MI JUEGO DE VIDA"
Nací un seis de enero siendo la primogénita y la primera
nieta de parte de madre y de padre. En mi familia no hubo nunca un día de Reyes
tan especial como el día que yo nací; para mí fue el primer día de Reyes, nunca
imaginé que fuese con tanta luz y tantas personas comiéndome con los ojos,
"creí estar en una voladora de feria" todos querían acunar a la niña,
por momentos, sentí vértigo hasta que escuché una voz muy conocida que decía...
-¡Ya, ya! Ahora me toca a mí, y la niña tiene que comer.
¡Ay! nunca pensé que comer fuese tan placentero, tan cálido y que oliese tan bien. Levanté mis pequeñas manos y me aferré a aquel túrgido pecho que me daba seguridad, olvidándome de todos y lo que no fuese "ese comer"-Pensé- esta familia ¡Me cae bien!
Así fue día sí y día no, todos desfilando para conocer aquella niña, a mí me extraño algo en común a todos decían que era clavadita a una hermana de mi mamá.
-¡Ya, ya! Ahora me toca a mí, y la niña tiene que comer.
¡Ay! nunca pensé que comer fuese tan placentero, tan cálido y que oliese tan bien. Levanté mis pequeñas manos y me aferré a aquel túrgido pecho que me daba seguridad, olvidándome de todos y lo que no fuese "ese comer"-Pensé- esta familia ¡Me cae bien!
Así fue día sí y día no, todos desfilando para conocer aquella niña, a mí me extraño algo en común a todos decían que era clavadita a una hermana de mi mamá.
-Todos expresaban la misma frase: ¡Ay! María, María... cómo
se parece la niña a Lucia tu pobre hermana ¡Dios, la tenga en su gloría! Y así
fue cómo y por qué, fui entendiendo, supe que de todas a todas me llamaría
Lucia.
Los días sucesivos llegaban unos que decían ser: titos y titas, primos y primas, otras que eran como de la familia, vecinas y amigas de mamá o papá.
A partir de ese día era, yo quien observaba con atención a cada uno de los componentes de mi extensa familia y amigos.
La primera impresión no decayó -mi niñez- fue como estar en una "voladera de feria" la cuna se movía de un lado a otro cada vez que refunfuñaba -la verdad que poco- porque la mitad de las veces estaba en los brazos de mamá o papá, o en truche en los hombros de algunos de mis tíos -cuando no- en el columpio de algunas de las casas de mis primos segundos.
Esa era la ventaja de ser una niña, en un mundo de mayores. -Me dije- soy su "juguete preferido" y…¡También ellos lo eran para mí!
Los días sucesivos llegaban unos que decían ser: titos y titas, primos y primas, otras que eran como de la familia, vecinas y amigas de mamá o papá.
A partir de ese día era, yo quien observaba con atención a cada uno de los componentes de mi extensa familia y amigos.
La primera impresión no decayó -mi niñez- fue como estar en una "voladera de feria" la cuna se movía de un lado a otro cada vez que refunfuñaba -la verdad que poco- porque la mitad de las veces estaba en los brazos de mamá o papá, o en truche en los hombros de algunos de mis tíos -cuando no- en el columpio de algunas de las casas de mis primos segundos.
Esa era la ventaja de ser una niña, en un mundo de mayores. -Me dije- soy su "juguete preferido" y…¡También ellos lo eran para mí!
El día primero de colegio fue muy divertido, me acompañaron
una gran parte de mi familia, (algunos ya no pudieron acompañarme) mis padres
me explicaron que, se marcharon para hacer compañía a mi tía Lucia, ella, se
sentía sola. Durante mucho tiempo soñé con ellos, y cuando cruzaba el umbral de
su casa, recuerdo que les llamaba a gritos... a mis padres se les caía unas
lágrimas yo, le miraba extrañada; no tengo consciencia si lloré o no, pero sí,
que sus voces resonaban en mí y les extrañé durante años.
En el fondo sé, que ellos me observaban como aquel día de
reyes, y nunca, nunca olvidaré sus miradas, porque siempre me miraron igual con
la misma alegría, sorpresa y amor, y yo les seguía queriendo aunque "se
hubiesen marchado con mi tía Lucia"
Por lo demás fui una chica como todas las demás: pipireta,
trabajadora, inquieta, enamoradiza, rebelde, alegre inconformista y muy
soñadora.
Estudie hasta sacar el título de enfermería, -me gustaba
ayudar a las personas- trabajé en el hospital del pueblo durante casi veinte
años. Fueron años duros en los que pasó de todo: una guerra, hambre, pobreza,
miseria y amigos que nunca más volvieron de ella. Hubo tiempo para amar y
apostar por el amor, formar mi propia familia y de perder a mis padres y casi
todos mis mayores, también y muy destiempo perdí a quien debió de estar hasta
el final de mis días, mi gran amor; siempre pensé que era muy pronto para
acompañar a mi tía Lucia y a mis padres y los suyos (mi amor).
Mis dos hijos tuvieron que marchar de la ciudad por motivos de trabajo
¡Ay! -los adoro, los extraño...
son mi mayor logro en esta vida... y -este hecho- hizo decidirme y cambiar de trabajo en el hospital, a favor del Centro Residencial. Allí estaban todos los amigos de mis padres, o propios.
Mis dos hijos tuvieron que marchar de la ciudad por motivos de trabajo
¡Ay! -los adoro, los extraño...
son mi mayor logro en esta vida... y -este hecho- hizo decidirme y cambiar de trabajo en el hospital, a favor del Centro Residencial. Allí estaban todos los amigos de mis padres, o propios.
A la vez quería sentirme: útil, necesaria, sentir de nuevo
que iba en volandas.
La familia no es solo aquella que nos une con lazos de sangre, no también aquellas personas eran mi familia…
Lucía, abrió los ojos, sin saber donde estaba, todo le era familiar y poco a poco empezó a reconocer las imágenes y su consciencia supo ubicarla. Los sentimientos afloraron en un cúmulos de emociones y impresiones, ahora sabía qué era despertar de un sueño para volver a vivir, una segunda oportunidad de seguir jugando esta gran juego que es la vida.
Miro a su alrededor y vio batas blancas, escucho su nombre, le preguntaban por sus piernas.
-Repasó, todo… ¿Qué les pasan a mis piernas?
Inmediatamente, Lucia, trató de llevar las torpes manos a sus piernas y comprobó la rigidez de ellas. -Respondió- no sé, las siento encorchadas y algo frías
La familia no es solo aquella que nos une con lazos de sangre, no también aquellas personas eran mi familia…
Lucía, abrió los ojos, sin saber donde estaba, todo le era familiar y poco a poco empezó a reconocer las imágenes y su consciencia supo ubicarla. Los sentimientos afloraron en un cúmulos de emociones y impresiones, ahora sabía qué era despertar de un sueño para volver a vivir, una segunda oportunidad de seguir jugando esta gran juego que es la vida.
Miro a su alrededor y vio batas blancas, escucho su nombre, le preguntaban por sus piernas.
-Repasó, todo… ¿Qué les pasan a mis piernas?
Inmediatamente, Lucia, trató de llevar las torpes manos a sus piernas y comprobó la rigidez de ellas. -Respondió- no sé, las siento encorchadas y algo frías
¿Qué me pasó? recuerdo que tenía algo de dolor de cabeza, y
el pecho…
pero...
ya no recuerdo más
Y mientras intentaba recordar algo más, escuchó una voz muy familiar y querida que le preguntaba ¿Lucia, cariño, estás mejor?
pero...
ya no recuerdo más
Y mientras intentaba recordar algo más, escuchó una voz muy familiar y querida que le preguntaba ¿Lucia, cariño, estás mejor?
Miró hacia el lugar de donde procedía la voz y la reconoció
¡Ay! Era Merche, su Merche, la niña que nunca tuvo y que le hubiese gustado
tener. En su memoria, evocó aquel primer día de práctica en el hospital, el
miedo que acompañaba a la joven, pero sobre todo, la gran dulzura y
profesionalidad con la que acabó sus prácticas y la amistad que las unió.
Merche la abrazo con ternura. Lucia solo pudo decir acongojada: ¡Hola, hola...
mi niña, mi querida Merche!
¿Qué haces tú aquí y cuánto tiempo estuve así?
Merche le dice -El tiempo pasado no importa ¡Importa que has vuelto! y besándole las manos y le expresó, ¿Sabes? hago cuanto tú me enseñaste, cuidar el alma y el cuerpo...-sigo tus pasos-
Ahora el centro, tu centro, es también mi vida y familia; a Lucia le rodaron dos lágrimas por sus mejillas, las que Merche limpió con suavidad, para relatar anécdotas de lo que había pasado semanas atrás, por un instante -Lucia olvidó el frío de sus piernas y su situación, solo quería saber del centro, era su vida y, Merche lo sabía-
¿Qué haces tú aquí y cuánto tiempo estuve así?
Merche le dice -El tiempo pasado no importa ¡Importa que has vuelto! y besándole las manos y le expresó, ¿Sabes? hago cuanto tú me enseñaste, cuidar el alma y el cuerpo...-sigo tus pasos-
Ahora el centro, tu centro, es también mi vida y familia; a Lucia le rodaron dos lágrimas por sus mejillas, las que Merche limpió con suavidad, para relatar anécdotas de lo que había pasado semanas atrás, por un instante -Lucia olvidó el frío de sus piernas y su situación, solo quería saber del centro, era su vida y, Merche lo sabía-
Cuando le contaron su larga enfermedad y todo el tiempo que
estuvo inconsciente, Lucia casi no lo podía creer. ¡Tantos meses dormida! ¿Cómo
pudo pasar?
Le vino a la memoria casos parecidos con los que ella tuvo que bregar y en segundos supo de su realidad, y que le esperaba otra vez estar "en truches y en volandas".
Ahora sería distinto, pensó: tendría ruedas, algún mando y sería ella quien la pilotase, no pudo evitar evocaciones de antaño, era una película girando en su cabeza, el mismo que tuvo mientras estuvo en ese "letargo e inconsciencia" ¡Largo y profundo, bello del que le costaba despertar! Aquella su vida y todos sus avatares, la fuerza con la que peleaba siempre para dar ánimos a los enfermos o los residentes, la lucha por su dignidad y para que siguiesen "jugando con ganas en esta vida"
Le vino a la memoria casos parecidos con los que ella tuvo que bregar y en segundos supo de su realidad, y que le esperaba otra vez estar "en truches y en volandas".
Ahora sería distinto, pensó: tendría ruedas, algún mando y sería ella quien la pilotase, no pudo evitar evocaciones de antaño, era una película girando en su cabeza, el mismo que tuvo mientras estuvo en ese "letargo e inconsciencia" ¡Largo y profundo, bello del que le costaba despertar! Aquella su vida y todos sus avatares, la fuerza con la que peleaba siempre para dar ánimos a los enfermos o los residentes, la lucha por su dignidad y para que siguiesen "jugando con ganas en esta vida"
Ahora, ahora, seré y seré yo quien deba responder como
hicieron conmigo ¡ No!, No... permitiría que la enfermedad acabase con su
juego, "la vida " ella, juego, impredecible y que por la que se debía
apostar siempre, siempre... independientemente de las cartas o instrucciones
que tuviésemos en nuestras manos; era un deber aprender a "corretear o
saltar por ella" fuese cual fuesen las cartas, algunas veces marcadas y
otras por marcar.
Sabía que aquella "silla voladora" sería -pizca más o menos- como aquellas primeras botas que mamá, les puso en sus pies para que caminar. Y ella caminaría otra vez en volandas, en truches, recorriendo -su Centro- por el que tanto lucho y que tan feliz le hizo.
Sabía que aquella "silla voladora" sería -pizca más o menos- como aquellas primeras botas que mamá, les puso en sus pies para que caminar. Y ella caminaría otra vez en volandas, en truches, recorriendo -su Centro- por el que tanto lucho y que tan feliz le hizo.
Semanas después Lucia recorría aquel pasillo camino del
comedor pilotando su "Silla Voladora" Estaba todo en silencio ¡Qué
extraño no se escuchaba nada!
Cuando pensó abrir la puerta, esta se abrió, vio a todos sus amigos y amigas de pie aplaudiendo y sonando de fondo una canción, súper conocida.. "Mira que eres linda" de Antonio Machín... se emocionó porque era la canción con la que cada día ella daba ánimos a todos los residentes...
Hoy era ella, Lucia la "mujer linda" la que necesitaba que le diesen ánimo, -comprendió- que no se confundió en elegir oficio, ni lugar de trabajo, amigos y compañeros... su "juego de vida,
en la vida fue perfecto
Cuando pensó abrir la puerta, esta se abrió, vio a todos sus amigos y amigas de pie aplaudiendo y sonando de fondo una canción, súper conocida.. "Mira que eres linda" de Antonio Machín... se emocionó porque era la canción con la que cada día ella daba ánimos a todos los residentes...
Hoy era ella, Lucia la "mujer linda" la que necesitaba que le diesen ánimo, -comprendió- que no se confundió en elegir oficio, ni lugar de trabajo, amigos y compañeros... su "juego de vida,
en la vida fue perfecto
Septiermbre 2015
Carmen Hernández Rey
Carmen Hernández Rey
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