NO CERRARÉ MI BOCA

"Erase una vez cerdos comiendo con tirantes... gordos y obesos, firmes candidatos para ser cerdos eternos de una santa piará... "Dejadlos: son ciegos que guían a ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo». Mateo 15, 14

NO CERRARÉ MI BOCA

 

Quizás me cueste el precio...
de un empaste,
o mejor los honorarios
de un dentista
o tal vez tener que comer
sopa el resto de mi vida...
Pero... ¡No! no voy a cerrar mi boca
cada vez que vea un insulto
a la inteligencia,
o un robo al erario público
de parte de quienes hicieron
un juramento con mano
en la Constitución.
Sí... vendréis a por las personas
más débiles,
cargareis las pelotas de gomas
y el gas antidisturbios
de vuestra mezquindad con horas
extras en nóminas
¡Los sabuesos serán vuestros
fieles cancerberos!
Y...querrán más nóminas
más horas...
¡Volveremos! volveremos a tener barricadas
saldremos y cantaremos
otra vez ¡Pueblo y libertad,
libertad para el pueblo!
Os lanzaremos rosas,
saldremos a poner en el cielo blancas
palomas... pero, no... nos callarán
venceremos... somos pueblo
somos legión.

¡ La dictadura... no. no pasarán!

Arrodillados nunca me verán-estaremos,
de pie muertos,
de pie alzaremos el grito
¡gobierno que carga impune
contra el pueblo... es gobierno de cristales
rotos,
libros incendiados
de muertos en cunetas
de milicia de moral y muerte
de terror...
No, no callaré...
Matad al mensajero... matad...matad
al periodista antes que escriba
su columna,
matad a quien dibuja la viñeta
de que carga con sangre
en vuestra iniquidad...
¡fuera la oligarquía! los dictadores
sin cerebros, la bazofia de decretos
los mancebos sin nombres
que impune roban con alevosía
y maldad, robarnos quieren
nuestra dignidad... sí...luego
¡Id! no vengan a poner medallas
ni flores, a la tumba de un soldado
asesinado-desconocido
por una bala bien intencionada, no...
no rindáis pleitesía al pinceles
del Gernika...
¡No! no me callarán...
y con mi sangre en la celda
escribiré cien mil poemas
subversivos contra la mafia
que nos gobierna.
Matadme... si no queréis
escuchar la verdad.
1.6.2015
Carmen Hernández Rey
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