hay días
que me duelen los dedos
de tanto bajarla
y subirla
a medias…
¡Se
engancha, se engarrota y
a la mitad se queda!
En medio de
la nada a medio
subir,
sin arropar nada
sin ser
nada,
ni
cremallera, ni tan siquiera
llegar
hasta su meta.
La
descosí por, imposible…
Una a una
fui cortando
sus
puntadas en la tela,
y se dejó
caer libre entre
los
despuntado hilvanes y el hilos
que la
adherían,
la subí,
la bajé…¡Perfecta!
¿Cómo?
Después
del rato que me llevó
en
descoserla
el que
perdí bajándola y subiéndola
y ella erre que erre a medias
¡Oh no, qué
horror!
¿Será
grosera?
Hoy
pienso que la vida
a veces
es como esta puñetera
cremallera
¡Quizás
me equivoque!
quizás
sí, quizás no lo sea
pero, hoy
-creo-
que mi
vida era esta misma
cremallera.
¡Uf!
Ya está
puesta la nueva
¿…?
8.8.2012
Carmen
Hernández Rey
© ®
autora extremeña
foto de
la web
Comentarios
Publicar un comentario