IMPORTA
Solo aquello que duele
y que duele
en los adentros
que tantas veces
de mí pasa y me ignora
de quien me juzga
y me condena
según su trino
según in-aciertos
en las tantas
-mentiras-
con verdad cosida en boca...
Importa la indiferencia
esa que duele
y que te coge sin maleta
con ropa de invierno
en el solsticio de invierno
del Ártico.
Tanto o cuanto o más
si te topas viajando a traspiés
del día y lugar donde
pasa el metro.
La indiferencia toca
pega en rostro si viene
nombre propio
con apellidos que llaman
sin ser cartero
pero trae membrete
con recuerdos.
Importa... importa
importa,
y duele... duele
y duele... como el ácido
en la herida abierta
que sangra...
Verdad es que
-el importe-
no sabemos cómo se
cobra
si
en efectivo
o
a cobro revertido
a
solo un timbrazo
para quienes de la indiferencia
se hizo un castillo
con escudo y honor
ignorando que es soterrado
dolor que hincha a los venenosos
egos...
La indiferencia camina con las tripas
llenas de gas putrefacto
de juicios solapados
que revienta en obediencia,
estalla en la cara
y escucha en el silencio
las devoluciones que una
vez se compró sin ticket
para los reintegros
que hicieron con saña
la vara inquisidora
de ciertas indiferencias...
1.11.2014
Carmen Hernández Rey
©® autora extremeña
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