PARA LORCA ¡FELICES SOMOS POR TUS VERSOS, MAESTRO!
VERSOS-VERSOS-VERSOS...

Entre Viznar y Alfacar tierra de paso,
carreterita que te guarda,
te acoge y lleva a la boca
que del alma habla
que de la poesía canta.
Ahí mismo dónde quedó tendida la rosa
de tus vientos,
y cerrando a tus ojos,
quisieron asesinar al poeta
apagar estrellas
de la Fuente Vaquero...
el millón por cientos
juntos a tu sangre ellos
de ti y por ti los espectros
de vivos murieron.
Hombre malos, hombres sordos,
hombres ciegos, se apostillaron
en los tejados, con el demonio
entre sus dedos,
ojos que no ven, boca que difama
mentes que quebrantan de la poesía
a los versos...
Versos religiosos para la niña
que desea ser mujer y aún
siente miedo.
Versos fuertes para el corazón,
peleón, porque late y es del pueblo.
Versos "malos" de aquellos que solo
tiene el sabor a carne y sexo.
Versos canallas de amor, celos, lujuria
y deseo.
Versos hondos, de los que ni el poeta
sabe por donde les nacen los poros.
Versos llanos, de los que recita
una madre, cuando besa el dolor
de sus adentros.
Versos.
Versos, versos, versos...
La Poesía, quedó tendida
en el camino, entre Vinar
y Alfacar,
parado quedó, en la tierra
la poesía y los versos...
La obra del gran maestro,
calada toda ella, de estrellas
en el firmamento.
Mientras...
Cenizas en las manos de unos
hombres que nunca poesía
fueron.
25.5.2013
Carmen Hernández Rey
escritora extremeña
©Todos los derechos reservados de autora
Foto de la Web
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¿Y si la muerte es la muerte,
qué será de los poetas
y de las cosas dormidas
que ya nadie las recuerda?
¡Oh sol de las esperanzas!
¡Agua clara! ¡Luna nueva!...
¡Corazones de los niños!
¡Almas rudas de las piedras!
Hoy siento en el corazón
un vago temblor de estrellas
y todas las rosas son
tan blancas como mi pena.
F.G.Lorca
qué será de los poetas
y de las cosas dormidas
que ya nadie las recuerda?
¡Oh sol de las esperanzas!
¡Agua clara! ¡Luna nueva!...
¡Corazones de los niños!
¡Almas rudas de las piedras!
Hoy siento en el corazón
un vago temblor de estrellas
y todas las rosas son
tan blancas como mi pena.
F.G.Lorca
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