PER-DONAR
Cuando donar-te fue
la mejor compañía,
la principal apuesta,
no, no cuesta
perdonar
te das, te donas, te
entregas
a...
Tantas veces te das y
concedes,
otorgas de ti lo
mejor,
y no, no cuesta
perdonar...
Tan solo que el
perdón requiere
la misma respuesta.
Un corazón entregado,
entregas con corazón
sin engaños
premeditados
sin buscar revueltas.
Perdonar no cuesta
nada
y todo,
a veces cuesta la
vida
misma dar un perdón
porque nunca más
sales
inmune de una
desconocidas
contiendas,
de absurdas mentiras,
de viejas habilidades
y estrategias...
en guerras absurdas
de intentos por saber
el nacimiento
punzantes
unas guerras,
con aquellos
apellidos
y pintura con óxido
y negras dudas y
mentiras.
Perdonar no cuesta,
solo que a veces,
tanto se perdonó...
tanto se dio y tan
poca
verdad hubo,
intención de cambiar
y borrar esa lágrima
a cuesta.
28.6.2014
Carmen Hernández Rey
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